ENSEÑAR EL CONTROL DE
ESFINTERES
1. ¿En qué consiste el Control de Esfínteres?
Tres
son los factores centrales que influyen en que un niño/a controle adecuadamente
sus esfínteres, vesical y anal:
a)
La
maduración neurológica y fisiológica.
b)
El
proceso de aprendizaje (mostrarle qué es el orinal, las nuevas rutinas, en qué
consiste, qué siente, por qué merece la pena…).
c)
El
ambiente familiar y escolar (si hay tensión/preocupación respecto a este tema o
si le damos espacio para interiorizar este hábito y familiarizarse con él, la
forma de llevar los éxitos y fracasos, etc.).
2. El “Entrenamiento”
Alrededor
de los 20-22 meses, aproximadamente, podemos empezar a sentarle en el orinal.
Es en esta edad cuando sabemos que el niño cumple determinadas condiciones como
son:
-
Que domina algunos movimientos de su propio cuerpo (agacharse, levantarse,
mantener el equilibrio en estas posiciones…).
-
Que hay un mayor espaciamiento de las deposiciones en el tiempo (1 ó 2 al día).
-
Que comprende el lenguaje relacionado con el tema (que entienda qué le estamos
proponiendo y por qué).
Debemos llevar a cabo
este entrenamiento tanto en la escuela como en casa. Le sentaremos
(ofreceremos) el orinal durante unos minutos (3 ó 4 min.) y siempre a la misma
hora (antes del baño, por ejemplo). En la escuela, lo hacemos en la hora del
cambio de la mañana y después de la siesta.
Algunas
recomendaciones, para este momento de sentarle, puede ser:
·
Ofrecerle
el orinal (nunca obligarle a que se siente), a la misma hora y todos los días.
No debemos preocuparnos si no se quiere sentar o si se levanta muy deprisa;
seguiremos ofreciéndoselo a diario.
·
Alabarle
cuando hace “pis” o “caca”. Podemos dibujarle una carita en la mano y/o en un
calendario grande de casa, comentar los éxitos con otras personas, etc. No es
necesario que utilicemos objetos materiales como premio.
·
Tranquilizarle
cuando no hace pis/caca, expresándole: “Mañana saldrá”.
·
Colocar
el orinal en un lugar donde está seguro y dentro del cuarto de baño. Puede que
algunos niños/as prefieran sentarse en el WC, podemos respetar ese deseo,
colocándole un reductor y una banquetita para que llegue a sentarse en la taza,
pero asegurándonos de que se siente cómodo.
·
Cuando
defeque y le estemos cambiando, hay que procurar no poner malas caras porque
huela mucho, ni expresar nuestro desagrado. Es mejor decirle “es caca, huele…”
(no todo lo sucio es “caca”, como, por ejemplo, las cosas sucias de la calle,
lo que no debe tocar, etc. no son “caca”).
·
Entrenarle
a saber detectar lo que se siente en estado de plenitud vesical: “dolor de
barriguita, está dura…”, así como la sensación que se produce después de orinar
“ya no te duele, está flojita, nos quedamos más a gustito…”.
·
Potenciar
habilidades de autonomía a todos los niveles.
3. ¿Cuándo quitar el pañal?
Quitamos el pañal cuando observamos que
el niño/a está preparado, es decir cuando vemos que los tres aspectos
mencionados al principio han alcanzado un adecuado desarrollo. ¿Cómo sabemos
esto, cómo lo medimos? Observando que:
-
Haga “pis” todos los días en el orinal, durante dos semanas, y que coincida con
que tiene el pañal seco (retiene orina).
-
Manifieste con palabras (a veces gestos) que quiere hacer “pis/caca”, y que
coincida con que, al sentarse, realmente lo hace (micción voluntaria).
-
Exprese la incomodidad del pañal; que muestre su deseo de “ser mayor”.
4. ¿Qué hacer una vez que hayamos quitado el pañal?
·
Ponerle
en el orinal cada hora y media aproximadamente (durante unos cinco minutos no
más). No preguntarle, sólo llevarlo, exponiéndole que “vamos a hacer pis”. Si
se resiste no se le obliga.
·
Reforzar
las conductas de control y autonomía (seguimos alabando, premiando).
·
Seguir
entrenando a saber detectar lo que se siente en estado de plenitud vesical
“dolor de barriguita, está dura…” y la sensación que se produce después de
orinar “ya no te duele, está flojita…”.
·
Si
le vemos hacer gestos de apremio no decirle ¡Vete corriendo!, ya que sentir la
necesidad de evacuar le ayudará a controlar, así como nuestra tranquilidad.
·
Cuando
el control esté más afianzado, los niños/as que se sentaban en orinal, pueden
intentar sentarse en la taza del WC. Procuremos que esté seguro y nunca tirar
de la cadena mientras permanezca sentado; dejar que tire él.
·
Durante
el período de siesta no se le retirará el pañal, hasta que observemos, durante
una temporada, que permanece seco cuando despierta. Igualmente haremos con el
pañal de la noche. Hay una diferencia de unos 6 meses aproximadamente entre el
control diurno y nocturno.
·
En
los momentos de “retroceso”, es decir, cuando se produzcan escapes
involuntarios, se evitarán los castigos y las ridiculizaciones, pues no van a
ayudar a que dejen de ocurrir sino, más bien, le ocasionaran ansiedad y
sentimientos de baja autoestima que pueden perpetuar los fracasos y no
volveremos a poner el pañal ya que podría generar mayor confusión en el niño/a.
¡¡ YA VERÉIS QUE TODO SALDRÁ MUY
BIEN!!